lunes, 8 de enero de 2007

B) RAZONES


b) Razones

Su madre le contestó riéndose:
--A tu edad yo pensaba lo mismo. ¡Veamos!, este arroyo no tiene principio ni fin; lo que ves es todo lo que existe. El arroyo viene, se va corriendo y no termina en nin­guna parte.
--Mamaíta, todo tiene un fin: el día, la noche, el año...
--Déjate de discursos -le inte­rrum­pió su madre- Ahora se nada y no se dis­cute.
--No mamá, me aburre, sobera­na­mente, el no tener otra cosa que hacer que, subir y bajar, bajar y subir, el curso del arroyo todos los días. Está decidido: me voy a descu­brir otros lugares. Puede ser que pienses que alguien me ha inculcado todas estas ideas; mamá, lo que quiero que sepas es... que hace mu­cho tiempo que estoy pen­sando en esto.
Es cierto... hay muchas cosas que otros me han enseñado; por ejemplo: la ma­yoría de los peces, cuando son viejos, se la­mentan acerca de que su existencia no ha te­nido sentido. Amargados, gimen y maldicen todo. Mas yo quiero saber si la vida es algo mas que na­dar todos los días de un lado para otro hasta enve­jecer; o si se puede vivir de otra manera en este mundo.
Muy enfadada, casi enfurecida, la madre le respondió:
--Hijo mío, te has vuelto loco. ¡El mundo, el mundo!... ¿qué quieres decir?... El mundo no es más que esto: donde es­tamos. Y la vida no es más que esta: la que nosotros vivimos.

CONTINUARÁ

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