martes, 6 de noviembre de 2007

Anábasis II

En las regiones frecuentadas hay los mayores silencios, en las regiones frecuentadas por langostas a mediodía.

Camino, camináis por una región de altas laderas de toronjiles, donde se tiende a secar la ropa de los Grandes.

Saltamos por encima del vestido de la Reina, todo de encaje con dos franjas color oscuro (¡ah, cómo el ácido cuerpo de la mujer sabe manchar un vestido en el lugar de la áxila!).

Saltamos por encima del vestido de Su hija, todo de encaje con dos franjas de color vivo (¡ah, cómo la lengua del lagarto sabe cazar hormigas en el lugar de la áxila!).

Y quizá no transcurra el día sin que un mismo hombre haya ardido por una mujer y por su hija.

¡Sabia risa de los muertos, que nos monden esos frutos!... Pues qué, ¿ya no hay más gracia en el mundo bajo la rosa silvestre?

Viene, de ese lado del mundo, un gran mal violeta sobre las aguas. El viento se alza. Viento del mar. Y la ropa a secar

¡se va!, como un sacerdote despedazado...

Anábasis II
Saint-John Perse
(Traducción de Enrique Moreno Castillo. Editorial Lumen. Primera edición 1988))