jueves, 5 de mayo de 2011

M.ª Luisa Rodríguez: El movimiento poético guatemalteco I (*)


Por ahí, en la red, alguien, que dice ser guatemalteco, reclama que se ponga la antología 'Poesía Revolucionaria Guatemalteca' porque merece -según declara- la pena que esté al alcance de los lectores ya que es muy valiosa e inencontrable. Y nosotros que tenemos esa antología, ese libro, iremos escribiendo poco a poco el prólogo -compuesto de  'Introducción', 'Reseña histórica' y 'Saker-Ti'- que M.ª Luisa Rodriguez hace de esa antología de poetas revolucionarios de Guatemala. Algunos de los poemas ya los hemos trasladado a la red, siempre poniendo, claro está, el nombre, apellidos del autor, la editorial, el título del libro y el año de su edición. Si esos poetas no desean estar citados o la prologuista reclama que se quite su escrito del blog lo borraremos aunque creamos que la labor que la Editorial Zero, S.A. hizo en este campo, y en otros, merezca ser conocida. 

Introducción:

"El movimiento poético guatelmalteco ha tenido poca difusión en España y en toda Europa, principalmente debido a la falta de información editorial proveniente de dicho país, aunque han existido varias excepciones aisladas de poetas que se han trasladado a estos paises y han logrado darse a conocer como individuos mas que como parte de un movimiento integrado. Aunque resulta difícil hablar de un movimiento integrado refiriéndonos a la poesía guatelmateca en general. En realidad el mayor intento de unidad que se ha dado fue la creación del grupo Saker-Ti, en tiempos del presidente Arévalo. Ya había nacido antes otro intento similar con la creación del grupo Acento, pero este no tuvo la trascendencia del segunto, probablemente debido a condicionamientos de tipo histórico, que, no cabe duda, fueron mas favorables para Saker-Ti. En cualquier caso, lo cierto es que este movimiento integrador viene marcado por otro aspecto más relevante que el mero hecho de unificación de esfuerzos: su carácter eminentemente social y de preocupación política. En una palabra, lo que allí denominan revolusionario, que aglutina tanto al marxista como al católico de izquierdas, el anarquista, o incluso el liberal, siempre que unos y otros concuerden en la necesidad de cambiar cuanto antes sistemas e instituciones anacrónicas que mantienen al país en un estado de atraso e injusticia social.

No es extraño que un país como Guatemala cuente con un número considerable de poetas relevantes. Sus bellezas naturales sobrepasan todo lo expresable. Dentro de sus 108.889 kilómetros cuadrados pueden encontrarse zonas como la selva del Petén o la desembocadura del río Dulce en el Atlántico, que son un verdadero derroche de encanto y espesura tropical, cruzadas por pájaros exóticos de diferentes especies y colores, y una gran variedad de fauna de todo tipo que llega hasta el 'trigrillo' y otras variedades de panteras; mientras que en la costa del Pacífico, ya roturada por la mano del hombre desde hace muchos años, este mismo panorama tropical se hace mas suave y civilizado, con predominio de garzas y palmeras bananeras. El oriente del país pasa en el transcurso de un año desde el paisaje verde y casi esplendoroso de la época de las lluvias a convertirse prácticamente en un desierto de cactos y tierras agrietadas por la falta de agua en los siete meses de época seca. En medio de este semidesierto se ven con frecuencia árboles nudosos cuyas ramas abiertas al sol lucen cuajadas de flores rojas o violetas, según los casos. Los pájaros del lugar, aunque pequeños, destacan también por su colorido anaranjado o amarillo, que resalta en medio de la aridez que les rodea. Algunos ríos (el mas importante de ellos el Motagua) rompen con sus fértiles y pequeños valles el pasaje de sequía, e incluso proporcionan terrenos propicios para que se desarrollle la vegetación salvaje y natural de estas latitudes, como sucede en los alrededores de Quiriguá, en que se alzan las ruinas de una magnífica ciudad maya del Viejo Imperio. Un buen número de hectáreas de esta zona, entre las que se encuentran aquellas que contienen las destrozadas pirámides que acabamos de mencionar, pertenecen a la United Fruit Company, compañía norteamericana, una de las mas importantes de este país coloso del capitalismo.

Al norte, la Alta Verapaz, en donde las lluvias apenas se dejan caer en todo el año y las orquídeas se adueñan de todos los árboles para adonarlos y nutrirse de ellos. En la Baja Verapaz, sin embargo predomina el paisaje de montaña y pinos, al igual que en muchas partes de la región central, en donde la altura cambia el clima caliente y húmedo por otro más fresco, que ha empujado a Alejandro Humboldt a describir Guatemala como 'el país de la eterna primavera'. Esta frase, aunque se olvida un tanto de las zonas costeñas y el oriente, ha pasado a ser casi una enseña nacional, que hasta se estampa encima de los sellos de las cartas. Es precisamente en medio de estos paisajes de montaña, en el departamento de Sololá, no lejos de la capital del país, que la naturaleza ofrece al hombre una de las vistas mas hermosas y subyugantes que hubiésemos podido imaginar siquiera: el lago Atitlán, con sus dos volcanes, de aguas tranquilas y serenas, casi inamovibles por la mañana, que se convierten en mortales para las canoas indias que suelen suscarlas después de las dos de la tarde. Es el 'xochil', viento fuerte que las agita y encrespa peligrosamente, y que ha excitado la imaginación de sus habitantes mas antiguos en la composición de leyendas que hablan de príncipes y príncesas encantados. No es el único lago de Guatemala, ni tampoco su único lago hermoso, pues cualquiera de ellos ofrece encantos especiales y dignos de mención. Pero sí es el lago mas bello, el que nos fuierza a contener la respiración para admirarlo sin romper la sensación de maravilla.

Sería imposible extendernos aquí lo suficiente para hacer una descripción completa de la  hermosura natural de Guatemala. Pero existe otro factor importante a tener en cuenta si queremos comprender hasta que punto existen determinantes externos (sic) que favorecen la inspiración de los literatos guatemaltecos: los pueblos indígenas. Todavía quedan en Guatemala bastantes tribus de amerindios descendientes de antiguos Mayas (sic), con modos de vida y estructuras sociales practicamente precolombinos, a pesar del ambiente occidental que se ha enseñoreado del país a causa de la conquista española. Aunque las antiguas grandes ciudades  estén practicamente destruidas (en algunas partes ha sido la mano directa del conquistador la que ha terminado con ellas, como, por ejemplo, Mixco el Viejo, y en otros algún motivo que hasta hoy se desconoce y que forzó a sus habitantes a abandonarlas y dejarlas a expensas de la acción de la naturaleza y las inclemencias del tiempo mucho antes de su llegada), todavía se yerguen desafiantes muchas pirámides en Tikal, Zaculeu, y tantos otros lugares, símbolos de una cultura que hubiera merecido mejor suerte. El mestizaje ha sido muy intenso, y no solo desde un punto de vista racial. Existe en Guatemala un sector de población denominado 'ladino' que está constituido en parte por lo que pudiéramos llamar el producto de un mestizaje cultural. Indígenas puros desde un punto de vista racial, que han adoptado el traje, la lengua y el modo de vida de los criollos. Estas personas constituyen un estrato cultural intermedio. El indígena, sin embargo, es un grupo con personalidad absolutamente propia. Vive entre los suyos, sigue respetando a sus propias autoridades, ya sean políticas o religiosas. También continúa tejiendo sus propias ropas con sus telares precolombinos. Parece ser que los conquistadores tuvieron mucho que ver con el aspecto actual de estos vestidos, ya que resultaba importante para el espíritu religioso de la época el que los vestidos cubriesen todo el cuerpo, y por otro lado, el que todos los miembros de ua misma tribu vistieran igual era interesante para facilitar su identificación. Lo cierto es que hoy todavía encontramos trajes 'típicos', especialmente masculinos, que nos recuerdan sobremanera las ropas del labriego español del siglo XVI. Pero por muy importante que fuese la influencia del misionero o del conquistador en la constitución del modo actual de vestir de los indígenas, es innegable que estos le supieron dar su toque específico y muy particular. Cada tribu muestra sus colores y diseños inconfundibles, pero todos los trajes indígenas tienen un denominador común que los diferencia fundamentalmente de cualquier otra ropa usada por los blancos o los ladinos: sus colores fuertes y vistosos, sus telas, que responden a modos de tejido y teñido arcaicos y tradicionales, y su desconocimiento absoluto de un concepto que pueda estar en modo alguno relacionado con la palabra 'moda'. Todos los miembros de un mismo poblado visten igual, sea cual sea su edad, con ligeras variantes en determinados casos por cuestiones de 'status'. Esto es absolutamente cierto con respecto al vestido femenino. El masculino, sin embargo, se ha ido perdiendo en muchos de los casos y actualmente consiste en pantalones y camisas de telas importadas que se venden en sus mercaditos, restringiéndose el uso del traje 'típico' a las autoridades o a los días en que celebran sus fiestas.

El mundo indígena está marcado po costumbres, procedimientos, organizaciones y estructuras fundamentalmente diferentes de las que imperan en el resto del país, y que constituyen un aliciente claro para despertar el interés y la curiosidad de todos los que han sido educados dentro de los modos occidentales. No es de extrañar que los jóvenes inclinados al cultivo de las bellas artes sientan una atracción especial por comprender y verter en sus obras estas pautas singulares. Y, sin embargo, este movimiento de interés hacia lo indígena es relativamente reciente, pues si bien todos los cronistas han hablado de ellos, ha sido de un modo superficial, descrptivo en parte. Los jóvenes literatos guatemaltecos muestran un deseo de explicar el mundo indígena humanamente, sintiéndose orgullosos de considerarles personas iguales a si mismos, e incluso, en ocasiones, de atribuirles antepasados comunes.

Es otro aspecto de su interés por los problemas humanos de su patria, pero con mas colorido. Una combinación de lo estético y lo social.

Nuevamente hemos mencionado la palabra 'social', de la que decimos al principio que era una de las características del movimiento poético y literario que se ha desarrollado en Guatemala a partir de las iniciativas del grupo Saker-Ti. Es evidente que este movimiento no hubiera podido producirse de no existir ya un desarrollo de intectuales preocupados por la buena marcha de las corrientes literaias del país, por un lado, y por la necesidad de educación y preocupación política por otro. En este sentido pueden considerarse como precursores a los miembros del grupo Acento (que algunos guatemaltecos denominan la generación del 40),  en incluso los del grupo Los Tepeus, de 1930, que se propusieron elevar el concepto del indígena y tomaron absolutamente una tendencia nacionalista, aunque estos esfuerzos no llegaron a tener la amplitud  ni a estar tan difundidos como ellos hubieran deseado. Pero fue necesario que se diera la circunstancia histórica apropiada para que estas corrientes llegasen a tener la posibilidad de madurar y expresarse en toda su euforia. Es esto lo mas importante que deben los escritores guatemaltecos al régimen 'revolucionario' instituido por Arévalo y continuado por Arbenz de 1944 a 1954: el haber podido llegar a alcanzar la plenitud y formar escuela.

El analfabetismo en Guatemala alcanzaba hace unos años al 72,2 por 100 de la población (censo de 1950). En 1967 sobrepasaba el 80 por 100. Es producto del aumento de la población y estaticismo del número de escuelas y maestros. Y todo ello a su vez producto de la desigual estructura de tenencia de la tierra. En un país de economía eminentemente agricola, el 2,2 por 100 de la población posee el 70 por 100 de la tierra; 516 familias que de hecho controlan la producción fundamental del país y, en consecuencia, su vida econónica. Por otra parte, la mortalidad infantil alcanzaba en 1967 un 40 por 100, del que un 50 por 100 se debe a una enfermedad tan poco importante en los países desarrollados como es el sarampión. Se calculó que haciendo una campaña de vacunación  contra esa enfermedad sería posible rebajar la mortalidad infantil al 20 por 100, pero esta solución es tal que la mayor parte de ellos no resistiría esta vacuna y caerían antes que sin ella, e incluso habría casos de muerte inmediata, por lo que no pudo llevarse a cabo. Para darnos una idea del grado que alcanza el estado carencial de Guatemala, baste decir que el Departamento de Salud de los Estados Unidos (NICHD) ha elegido este país para realizar una experiencia que consiste en dar una determinada (y controlada) cantidad de suplementación alimenticia en una comunidad de ladinos y comparar su evolución con la de otras comunidades que se dejan a su estado actual, con el objeto de estudiar 'la influencia de la alimentación en el desarrollo mental de las personas'. Un experimento ciéntifico con seres humanos que, desde luego, no podrían realizar en su propio país.

Con todos estos datos hemos querido dar una idea del determinismo ambiental que rodea al guatemalteco casi desde que se atreve a asomar la cabeza fuera de su casa paterna. Como es natural, practicamente, todos los escritores provienen de una clase social medianamente acomodada, ya que el estado de analfabetismo dominante en otros sectores no permite el desarrollo de facultades intelectuales, aunque exista alguna honrosa excepción.

Con este estado de cosas, era natural que los brotes nacionalistas se convirtieran en revolucionarios de una u otra tendencia.

La llegada al poder del doctor Arévalo en 1944 significó, ante todo, el fin de sistemas dictatoriales que evitaban la información acerca de toda corriente de pensamiento, ya fuese nacional o extranjera. La práctica de quemar libros no se había limitado en este país a la época de la Inquisición durante la dependencia colonialista, en que los buenos propósitos de algunos  misioneros tuvieron como consecuencia un exceso en el cumplimiento del deber que les llevó a quemar verdaderos documentos históricos de los indígenas con la idea de que ayudaban a mantenerlos en su idolatría pagana. Después de la independencia se mantuvieron estos procedimientos al igual que se mantenían las desiguales estructuras de la propiedad, hasta el punto de que era práctica común durante la dictadura del general Ubico (1931-1944). Al ascender al poder el doctor Arévalo, se instituyó un régimen de tipo liberal burgués que pretendió sacar a Guatemala de su enclaustramiento económico, ideológico y cultural y cuya principal proyección en el campo de las letras y de las artes fue la apertura del país a todo tipo de libros importados, mayores facilidades para imprimirlos dentro y la creación de centros culturales y Asociaciones (sic) que sirvieron para dar impulso a la capacidad creadora de los valores literarios. La preocupación social ya iniciada a partir de 1935 aproximadamente siguió una carrera ascendente de politización que se inspiraba ante todo en las enormes contradiccioness de orden económico y en la absoluta injusticia social que imperaba en su patria.

Y comenzó la época 'revolucionaria' (sic) propiamene dicha.

Después del derrocamiento de Arbenz en 1954 (internacionalmente acusado de comunista por haber permitido a los comunistas que le ayudaran y que se manifestasen libremente, al tiempo que el gobierno mismo tomaba medidas sin duda alguna 'revolucionarias' en relación al estado de cosas anterior) todos estos escritores y artistas y artistas que habían vivido años de libertad personal y euforia revolucionaria se encontraron de repente frente a un muro que les impedía continuar con su actividad político-literaia por decreto (Decreto 59, o 'Ley preventiva penal contra el comunismo', año 1954. Gobierno del coronel Castillo Armas). Pero ya era demasiado tarde para detenerles. E, incluso, podríamos asegurar que las medidas de contrarevolución solo sirvieron para fomentar el espíritu de lucha y el deseo de llegar a todos los compatriotas. La mayor parte de ellos tuvieron que partir para el exilio, en donde continuaron escribiendo con el pensamiento puesto en su patria y las necesidades de esta.  Hoy algunos de ellos están nuevamente en su país, a donde han regresado a causa del resultado democrático de las elecciones presidenciales de 1966, que trajo al poder al Partido Revolucionario, Este, desde el principio, se ha definido como continuador de la política de Arévalo y Arbenz. Otros continúan exiliados. Un tercer grupo de jóvenes de la nueva generación ha seguido los pasos literaios que se consolidaron en 1944 a 1954 y, convencidos de que de este modo cumplen con su responsabilidad de ciudadanos en una país que se encuentra en la actualidad en verdadero estado de guerra, concentran sus esfuerzos en la producción de una poesía, y literatura en general, que se inspira en temas de de tipo 'social' y pretende reivindicaciones. La 'Literatura revolucionaria' ha formado escuela y sigue su línea ascendente como expresión viva del momento histórico por el que atraviesa el país.

En un primer momento, el proyecto de recoger material de poesía revolucionaria guatemalteca abarcaba la posibilidad de confeccionar una antología que incluyera a todos aquellos escritores que han destacado en este terreno, proporcionando una panorámica totalizadora del fenómeno. Múltiples inconvenientes de toda índole (entre los que no ha sido menor el hecho de que gran parte de los poetas objeto de nuestro estudio se encuentran exiliados en otros  países) han hecho imposible ofrecer aquello que deseábamos. Pero confiamos en que lo que aquí ponemos a disposición del lector sea suficiente para despertar su interés hacia este pequeño, hermoso y doliente país de América Central, en donde se condensa al tiempo todo lo mejor y todo lo peor de las relaciones humanas.

Nuestro especial agradecimiento a todos aquellos que nos han entregado su material poético como una muestra de confianza, y más especialmente a Roberto Paz y Paz, que nos ayudó con sus consejos, y a Carlos Zippel y García, quien puso su bien dotada biblioteca a nuestra disposición, pues sin todos ellos hubiera sido esta una empresa irrealizable."

(*) Título nuestro 

(Del libro 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMALTECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969. Páginas: 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12)


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