jueves, 6 de septiembre de 2012

Muerte en la bodega de Los Delgadillos (A) -1ª parte-


Muerte en la bodega del Palacio de Los Delgadillos de Fuentespreadas
(primera parte)

1. Introducción
  
Otro día fui al pajar, a la hora de la siesta, a charlar con Pedrito, el criado de mis padres. La casa estaba en silencio. Y en penumbra. Puertas y ventanas cerradas para evitar en lo posible que el intenso calor del verano penetrara en ella. Solo algunas rendijas en el tejado, la chimenea y la gatera de la puerta trasera dejaban pasar los rayos del sol. Las moscas revoloteaban en la cuadra entre las mulas y los bueyes. Algunas quedaban enredadas en las telarañas. Para su desgracia. Se oía un moscardón.

En el pajar, echado en la paja, Pedrito descansaba. Estaba despierto. Al verme sus ojos se iluminaron y una sonrisa pícara asomó a sus labios. Tenía ganas de charlar. Aquella mañana el trabajo no le había cansado.

-Te acuerdas -me dijo- de la historia que te conté de Luis 'El Lorito'...

-Si -contesté- el que robó los cálices de la bodega del...

-Pues se convirtió después -siguió Pedrito sin oirme- en don Luis 'El Delgadillo'...

-¿Y eso? ¿Es que enflaqueció?...

-No. Se casó con doña Delfina, dueña del Palacio de Los Delgadillos.

-Es decir que se marchó de Fuentespreadas.

-El Palacio de Los Delgadillos está en Fuentes.

-Aquí no hay ningún palacio.

-¡Como que no! Este es el palacio de Los Delgadillos.

Me puse a reir con ganas. Pedrito me miraba con su sonrisa burlona. Era pequeño de estatura, rostro curtido por soles y vientos, cara angulosa, ojos castaños y arrugas en la comisura de los labios. Daba la impresión de un niño adulto. Cuando terminé de reirme me habló de esta manera:

-La risa es signo de ignorancia. A ti, que has vivido siempre aquí, te parece exagerado que a esta casa se le llame palacio. Pero no me lo he inventado, lo dice José Mª Gonzalez en su libro sobre Fuentespreadas (*). Y aunque no lo hubiesa escrito él tiene todo lo necesario para serlo, hasta un escudo. Al menos para mi, que vivo la mayor parte del año en un cuchitril con mis padres, me parece un nombre apropiado. Date cuenta que tiene pajar, por ejemplo. Un pajar con cinco compartimentos cada uno de cuales es mas grande que la casa de mis padres. Luego las cuadras en las que caben seis o mas animales con pesebres de varias clases y altillo encima para el heno; horno con  chimenea y una sala contigua; al lado pasillo y poyos de piedras donde duermen los criados; sobrado con siete u ocho salas donde se almacenan los cereales, encima de los cuales se colocan uvas, peras y melones que tenéis para buena parte de invierno; corral con tenadas para el heno y los manojos; bodega de tres arcos con pozo; casa con zaguan encantado, poyos y una hornacina para tres cántaros de arcilla para agua; ocho habitaciones y cocina con una chimenea de alto vuelo y hogar para la lumbre; a ambos lados de él dos escaños, uno de ellos se transforma en mesa para por lo menos seis comensales; el techo de la cocina se ve cubierta de longanizas, chorizos, cabeza y rabo de cerdo, que chorrean hasta que quedan curados; una fresquera, un  armario, estantes para la loza y mas al fondo una despensa donde se guardan los productos de la matanza ya curados: jamones, chorizos, longanizas, tocinos...; mas alubias, garbanzos, lentejas... Si a esto le añades el terreno, delante de la casa, con varios departamentos para ganado... Ya me dirás tu si no es un palacio... No será como los que salen en las películas pero...

-Visto así...

Me miró a ver si decía yo algo mas. Al seguir callado continuó:

-Aquí se transformó Luis 'El Lorito' en don Luis. Un día, a estas hora y en verano, lo encontraron muerto en la bodega. Según el informe de la Guardia Civil el interfecto se acercó a la bodega en busca de vino y, como los peldaños eran, y lo siguen siendo, irregulares, debió de tropezar y resbalando escaleras abajo por la humedad  de la bodega dio su cuerpo en un poste que sostenía una roca agrietada del techo; el poste se quebró a consecuencia del golpe, la roca se desprendió aplastándole el cráneo de Luis 'El Lorito'.

-¡Pobre! Mala suerte. ¡Adiós don Luis!

-Ese fue el informe policial, que no convenció a todos.

-Cuenta, cuenta.

-Te lo tendré que contar en varias sesiones. Es largo.

-No importa. Cuando quieras puedes empezar.

-No, ahora no. Voy a enganchar las mulas. Hay que trillar en la era del Juncal.

-Aquí estaré mañana a la misma hora.

(proseguirá) ---

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(*) Libro: Breve historia de la villa de Fuentespreadas
Autor: José Mª González Aguado
Depósito Legal: ZA-III-2005
Imprime: Gráficas Artime
Zamora

1 comentario:

O. Llamas dijo...

Interesante Historia.